lunes, 2 de abril de 2012

En Honor a mis Hermanas



31 de Marzo 2012

En honor a mis Hermanas

El sábado último como fija la fecha 31 de marzo se cerraba el mes de la mujer. Vamos a aclarar que en todos lados se celebra el Año Internacional de la Mujer .Una fecha que embarga un símbolo de hace muchos años por los Derechos de la Mujer.

Basado en un hecho desgraciado donde una vez unas obreras que pedían con justicia igualdad de salario y condiciones fueron quemadas vivas.

En algunas culturas, sociedades integradas o aisladas y algunos familiares no entienden que La mujer tiene tanto derecho como ellos a velar por su vida, a decidir por su sol y caminar en paz.

Y el mundo está cambiando, algunos pasos son cortos, otros apenas visibles, pero el mundo agiganta su elocuencia como mundo y las sociedades se mueven como hormiguero y el ansia de paz va de la mano de los intereses creados y estalla la lucha viva de que es persistir en este pedacito de tierra, país, mundo, ciudad, terreno, en Libertad, con los Derechos de una vida digna, de decisiones acorde a nuestras necesidades, ganas, pasiones o locura.

La cocina es un símbolo hermoso que de vez en cuando algún cavernícola lo utiliza como “el lugar digno de una mujer”.




Todo cambia, vos, ellas, ellos, nosotros y yo. Los años se acentúan de una manera condenada. Delata madurez, conquistas y un cúmulo de pérdidas.

El Año Internacional de la Mujer es una visita obligatoria donde volvemos a la carga para asentar las bases de nuestros derechos, para sumar en los reclamos de muchas hermanas, para montar guardia como ángeles nocturnos en algunas plegarias pensando si mañana mi hermana tendrá que comer, frío? O si podrá sobrevivir a la barbarie de su entorno que le tocó vivir y es asquerosamente deprimente.

Mis hermanas son aquellas en la que me reconozco, son a vuelo de pájaro el ansia de todas las que esperan entre rejas despertar de ese maldito sueño y no volver a soñarlo nunca más.

Mis hermanas se parecen a mí, a ellas, a las otras y a las fulanas. Algunas se fueron sin querer, con los 30 años de gesta de Malvinas a cuesta y la nube negra de recuerdos de ausencia no me olvido de las que se fueron para no volver, dejando hijos, hermanos, padres, novios,




Compañeros al costado del camino, amputándonos una parte nosotros, en esta historia argentina de ser mujer y vivir aquí.

Mis hermanas que apenas conozco pero retengo su perfume esmerado quién por las noches trabajan de santa, de puta, de reina o de niña.

No voy a tener paz en lo que me quede de vida, pero poseo la amplitud de elección en todos estos años de lucha de abrazar las causas que quiero abrazar por conciencia,por pasión y por el amor a mis Hermanas.

Tengo para compartir con ustedes el último sábado pasado donde la municipalidad de Córdoba decidió organizar algunos eventos, pero el que más remarco es al que felizmente pude asistir.

Siempre me molesto cuando los medios de comunicación y el diario más local de la ciudad cordobesa no reconoce con demasiada lucidez a nuestra gente, nuestros artistas.

En especial a los músicos, medio donde me muevo mas cercanamente.

Algunos medios de Córdoba, algunos medios de comunicación gozan de “una vieja escuela” la que más fama te puede dar, o te puede hacer quedar mejor y ser más notorio, y es la escuela sólida de “porteñismo” siempre mirar para los artistas de Baires (y si no es verdad miren el efecto Carlos Paz, donde nuestra gente de Teatro tiene que respirar hondo para poder conseguir público y espacio).

Córdoba tiene gente magnífica con o sin ego, pero con muchísimo talento.

El sábado 31 de marzo la noche de Córdoba iluminaba los aires de la ciudad en un acto de amor, de canción, se ritmos, de aires nuevos y algún deja-vú que visitó a más de un alma esa noche.

Un encuentro de amor, con poesía que surcan las historias y los pueblos en boca de mujeres talentosas y maravillosas. Algunas jovencitas arañan una estrella en medio de los aplausos, otras la ovación tardía y certera de una deuda de mucho tiempo pudieron ser saldadas frente a la pasión de dar y recibir, nosotros y el arte de ellas, y ellas nuestra alegría.

Alejandra Tortosa, Vivi Pozzebón, Paola Bernal, Mara Santucho, Julieta Ghibaudo, Marianella Chamela, Brenda Coll y Camila Sosa Villada.

Ellas junto a la maravillosa Orquesta Municipal de Córdoba nos dieron un viaje por paisajes de todos los lugares. El bel canto de Alejandra Tortosa me emocionó muchísimo, increíble y emocionante con tamaña voz, teniendo ese espacio físico pequeño y con la orquesta tan cerca Alejandra Tortosa esculpía de a poco la palabra “saudade” y de la ¡buena!

Mara Santucho es otra artista que yo necesitaba oír en vivo, lo necesitaba, en esta Córdoba tan “legal” para los de afuera y tan cruel a veces para los habitantes de casa, Mara Santucho la voz de Los Cocineros fue a cantar con alegría, con oficio, y mi traducción es esta:

Ella es un “elo perdido” de aquellas cantantes de los años ´50, un poco Libertad Lamarque, otro poco La Lupe, dos pasitos mi Bibí Ferreira de Brasil y en un túnel seguro que Almodóvar se la encuentra y nos la lleva pal viejo mundo enloquecido con su voz fuera de rótulos pero con mucha presencia.

Vivi Pozzebón trajo la tierra y nada de ausencias. Otra de las de “Boca en Boca” junto a Alejandra Tortosa pienso que habría que haberlas cuidado más, demostrarle mejor nuestras heridas para que tal vez improvisaran una sinfonía cordobesa a cuatro voces y con el folclore cordobés tan centrado en la sangre. Quién sabe un día regresan y nos metemos en ese túnel ¡Son ideas mías!

Pozzebón dio a luz a su segundo niño plasmado en una nueva placa “Madre tierra” y el solo hecho de saber que rescataba a nuestra madre del cuarteto Doña Leonor Manzano ya hizo que yo mirara su mundo diferente, como me gusta la percusión siempre la he respetado.

Paola Bernal es la más completa traducción de nuestra esencia. Su voz, su instrumento, los toques del país que no es paisito sino una madre país que alberga músicas y palabras agrandando las historias de todos .Bella, serena, fuerte y mágica.

No hay palabras, todas hermosas en su arte. Una jovencísima Brenda Coll que el sueño de Catamarca deposita en nuestra tierra, fuerza y garra.

Y por hablar de amor y libertad en un grito merecido Camila Sosa Villada nos dejó esa noche una caricia para llevarnos en el camino a casa. Camila Sosa Villada la morena quien solía susurrar Lorca en los oídos de los espectadores, entonaba con dulzura una sentencia de su tiempo.



Estaba también Marianela Chamela de gran trayectoria musical desgarró palabras al viento ante un público extasiado al igual que Julieta Ghibaudo una artista amorosa de buena voz y templanza en su canto.

Todas ellas estaban en esta noche: Ellas cantan.

Para finalizar Fabiana Bringas “la loca de la casa”, esa amiga que todos fuimos haciendo a través del parlante de nuestra radio, hizo de anfitriona y presentadora, tranquila, feliz, fuerte antes las palabras, las voces, y la memoria.

Me quedo con esto: Mejor imposible.

Si aquellas mujeres hubieran sabido los caminos de años que todas caminaríamos para ejercer nuestros derechos, nuestra lucha, la de todas, las trabajadoras, las abandonadas, las desamparadas, las guerreras y las guerrilleras también!

Las que aman, las que te abandonan antes el mundo, la de los silencios, las que buscan su espacio, si aquellas hermanas supieran todo lo que pasó desde aquel miserable día de su partida, sabrían que la piedra se encantó ante un nuevo amanecer y se convirtió en flor.

Y las flores siempre embellecen la casa, los caminos, los entornos del destino, y las lágrimas se resignan a su belleza.

Una flor en el desierto siempre hace la diferencia.

Por eso aún hay esperanza.

Crim Báez



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